19/12/2019

REFLEXIÓN SOBRE EL EVANGELIO, IV DOMINGO DE ADVIENTO 

Hoy podemos celebrar a Santa María de la Esperanza y a San José de la Esperanza. Sin esperanza la vida es una noche en la que no amanece nunca. San Agustín decía que "la esperanza hace tolerable nuestra vida". María y José vivieron con esperanza y lo demostraron, porque movidos por ella superaron todas las dificultades de la vida. La capacidad de escucha, de confianza en Dios y de aceptación de su voluntad que tuvieron María y José debe ser para nosotros un ejemplo que nos anime a superar todos nuestros problemas. Cuando no hay esperanza vacilan el amor y la fe. No hay nada más triste que vivir en la desesperanza, sin ilusión por el futuro. El seguidor de Jesucristo tiene que ser un hombre o mujer, esperanzados y esperanzadores. La razón de nuestra esperanza es que Dios cumple su promesa, es "Dios con nosotros". Con El a nuestro lado todo se llena de luz, de sentido, de razón. Ya no caben las dudas, los pesimismos, los sentimientos negativos. ¿Cómo puede ser que se diga que los cristianos somos "gente tenebrosa"?, ¿Te has dado cuenta de lo que significa esta gran noticia: "Dios está con nosotros", está contigo, te quiere, se preocupa por ti, te ayuda y te sostiene? ¿No es algo maravilloso? Pues vívelo.